Con este plan se define una «política familiar específica y explícita» a través de un conjunto de acciones «homogéneas de apoyo a las familias» que tiene en cuenta los cambios que se producen en su composición, estructura y funcionamiento.
Apoyar a las familias más vulnerables, como las numerosas, las monoparentales y aquellas que tienen a su cargo a personas con discapacidad, fomentar la conciliación o garantizar el principio de igualdad de oportunidades son algunos de los objetivos de este plan.
Incluye medidas de apoyo a la maternidad como la promoción de la lactancia materna, el fomento de la implicación de los padres en el seguimiento del embarazo y la crianza o la ayuda a menores embarazadas con especial atención a las que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad.
El Gobierno quiere abordar junto con las autoridades educativas autonómicas la concesión de becas o ayudas a las jóvenes con problemas socioeconómicos para que la maternidad no suponga un obstáculo a la hora de continuar con sus estudios.
Para impulsar la conciliación, el Ejecutivo propone el fomento de una mayor flexibilidad en la ordenación de la jornada laboral para atender necesidades familiares puntuales a través de una «bolsa de horas recuperables» en el ámbito de la negociación colectiva.
El plan recoge varias iniciativas incluidas en la reforma fiscal, como las ayudas de 1.200 euros para las familias numerosas o con hijos o ascendientes con discapacidad.