A los padres no nos gusta que nuestros hijos sean desagradecidos. La gratitud es un sentimiento que deben desarrollar desde pequeños y que se puede motivar desde la familia. No se trata solo de que digan “muchas gracias” sino que sean agradecidos de corazón siempre con los demás.
“Agradecer no es compararse con otros que están en una situación más difícil, sino que requiere apreciar los aspectos positivos de la situación que tiene actualmente”, señala el experto en neurociencia Alex Korb en The Grateful Brain. Ser agradecido nos lleva una espiral de actitud positiva y energía en la que incluso nos podemos encontrar físicamente mejor.
Los adolescentes agradecidos son más felices y están más satisfechos con sus vidas, amigos, familia y consigo mismos. Además son jóvenes más comprometidos y responsables. Estar agradecidos aumenta su bienestar y les hace tener una visión más objetiva del mundo que les rodea.
Cómo conseguir que nuestro hijo sea agradecido
Si queremos que nuestro hijo sea agradecido, tenemos que dar ejemplo con nuestro comportamiento. Si ven que nosotros nos sentimos agradecidos con nuestra vida, nuestra familia y nuestro trabajo, lo verán como algo positivo y nos imitarán.
La gratitud como cualquier otro sentimiento se puede potenciar y fomentar desde la familia. Al principio dependerá de los resultados. Nuestros hijos se sentirán agradecidos cuando las cosas les salgan bien o cuando nosotros reforcemos de forma positiva sus actitudes. Pero si potenciamos la gratitud todos los días este sentimiento se irá asentando en su personalidad y formará parte de su carácter.
Tenemos que enseñar a nuestros hijos a dar las gracias por las pequeñas cosas. Por la comida de cada día, por su familia o por los detalles diarios que tienen con ellos los profesores, los amigos o los abuelos con ellos.
5 pautas para fomentar la gratitud
Nuestros hijos no solo deben dar las gracias de una manera mecánica. La gratitud debe nacer de su corazón. Tenemos que incentivar a nuestros hijos a que sean agradecidos desde pequeños con sus abuelos, hermanos y amigos. Os vamos a dar varias pautas para fomentar la gratitud en los niños y conseguirlo poco a poco.
- Hablar con ellos
Lo primero que tenemos que hacer es descubrir si nuestros hijos dan las gracias de una forma mecánica o si es un sentimiento más profundo. Tenemos que preguntar a nuestros hijos la razón por la que dan las gracias. Si para ellos es solo una obligación tenemos que explicarles qué es la gratitud y cuando deben demostrarla. Escucha sus palabras y cuéntaselo de forma sencilla y con algún ejemplo práctico. Tienen que saber que la gratitud se puede expresar de muchas formas como palabras de agradecimiento, un gesto de cariño, un abrazo o una actitud positiva hacia una persona.
- Escribir un diario de gratitud
Una buena idea es animar a nuestro hijo a escribir todos los días “un diario de gratitud”. En él deben escribir tres cosas por las que debe estar agradecido. Pueden ser generales como estar bien de salud o tener una familia maravillosa. O también más concretas como por ejemplo haber sido ayudado en el patio por un compañero. Escribir este diario les ayudará a detenerse a pensar sobre la gratitud y a fortalecer este sentimiento.
- Ponte en su lugar
Otra buena idea puede ser hablar con nuestro hijo de una situación concreta y que él nos cuente como actuaría. Por ejemplo que imagine que un día en clase no sabe hacer un problema de matemáticas y no sabe cómo salir del atolladero. De repente el profesor se da cuenta y le ayuda a entender el problema. Podemos hablar con él sobre cómo podría ayudar a otro compañero en la misma situación para que reflexione sobre la situación. Utilizando nuestra empatía podemos ponernos en su lugar y contarles con palabras sencillas como pueden ser agradecidos en situaciones prácticas.
- Dar ejemplo
Si somos agradecidos con los que nos rodean, nuestros hijos copiarán nuestro ejemplo. No solo tienen que ver que damos las gracias a los profesores, a los amigos y a los familiares, sino que tenemos que manifestar detalles de agradecimiento. Además debemos construir y rodearnos de relaciones positivas. La gratitud no se puede imponer a los niños y mucho menos a los adolescentes. No les podemos obligar a ser agradecidos. Tiene que ser una actitud natural en nuestra vida cotidiana. Otra buena idea contarles todo lo bueno que nos ha ocurrido en nuestro día. Podemos expresar nuestro agradecimiento por cada momento positivo de la jornada.
- Tarjetas de agradecimiento
Otra buena idea es enseñar a nuestros hijos a escribir tarjetas de agradecimiento. En Navidad, después su cumpleaños o cuando alguien le hace un regalo ellos pueden escribir unas palabras que expresen sus sentimientos. También pueden hacer un dibujo o redactar correos electrónicos o mensajes de agradecimiento. Estos detalles bonitos con los demás les ayudarán a ser mejores cada día. El agradecimiento solo les puede traer beneficios. ¡No lo dudes!
FUENTE: https://saposyprincesas.elmundo.es/consejos/psicologia-infantil/consejos-lograr-hijos-agradecidos/